Texto argumentativo: características y ejemplos para guiarte
¿Tenés que redactar un texto argumentativo y necesitás conocer sus características? ¿Te gustaría saber sobre algunos ejemplos para el tuyo?
En este artículo, te contamos de qué se trata este tipo de texto. Y, también, qué lo caracteriza. Además, te traemos una serie de ejemplos para que comprendas mejor el concepto.
Así que quedate leyendo y no te pierdas ningún detalle.
“Algunas personas piensan que argumentar es, simplemente, exponer sus prejuicios bajo una nueva forma. Por ello, muchas personas también piensan que los argumentos son desagradables e inútiles. Una definición de «argumento» tomada de un diccionario es «disputa». En este sentido, a veces decimos que dos personas «tienen un argumento»: una discusión verbal. Esto es algo muy común. Pero no representa lo que realmente son los argumentos.”
Anthony Wenston
Concepto de texto argumentativo y sus características
Después de esta cita introductoria de un especialista en el tema, intentaremos definir qué es un texto argumentativo. También veremos cuáles son sus características. Así, te será más sencillo acercarte a su definición y conocer qué aspectos debés respetar.
Antes que nada, veamos cómo se define este concepto. Word Reference define el término “argumento” del siguiente modo:
- Razonamiento empleado para convencer a alguien o para demostrar algo.
- Asunto del que trata una obra literaria, cinematográfica, etc.
En consecuencia, podemos decir que un texto argumentativo es un género discursivo, primero. Pero, sobre todo, está orientado a la presentación de razonamientos de un modo organizado.
A su vez, su objetivo principal se dirige a probar o demostrar determinada postura sobre un tema elegido. O bien, su finalidad apunta a persuadir al lector de cierta perspectiva para que adhiera a ella. También la argumentación puede estar destinada a contradecir una postura contraria.
Entonces, una de las características de un texto argumentativo es lo que podríamos denominar como su materia prima. Nos referimos a los argumentos o proposiciones que se presentan en la exposición textual. Más adelante, los veremos en profundidad.
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Principales características de un texto argumentativo
Una vez que nos hemos aproximado a su definición, profundicemos ahora en relación con los aspectos caracterizan a esta tipología textual.
Primero, tenés que saber que las características de un texto argumentativo lo definen y diferencian de otro tipo de géneros discursivos. Por ejemplo, en relación con un texto expositivo. Cuando las conozcas a fondo, podrás rápidamente identificarlos rápidamente. Así que anotá estos detalles.
A continuación, presentamos brevemente las principales.
1. Intención persuasiva. Esto es, la argumentación se orienta a convencer a quienes leen sobre el fenómeno u objeto del texto. Por consiguiente, su objetivo clave es la persuasión.
2. Utilización de argumentos. Las proposiciones o juicios destinados a la intención. Es decir, a través de su presentación progresiva y cuidadosa se entretejerá con la información e interpretación que se desea brindar.
3. Organización del contenido. El modo en que se efectúe la exposición se orienta al fin que se persigue, haciéndolo de la manera más conveniente y razonable.
4. Empleo de estrategias discursivas. Sin perder de vista el objetivo principal, en un texto argumentativo se usan diversas estrategias retóricas y hasta literarias para alcanzarlo. Por ejemplo, la evocación de metáforas o la formulación de preguntas retóricas.
5. Registro escrito y oral. Un género de este tipo puede exponerse no sólo por escrito sino también mediante la oralidad. Un ejemplo de esto es un discurso de campaña política.
6.Argumentación variada. A saber, pueden incluirse argumentos de diferentes tipos, tales como lógicos, experienciales, pasionales, etc.
Características de un texto argumentativo: tipos de argumentos
Como ya te adelantamos, abordaremos la materia prima que supone una de las características fundamentales de un texto argumentativo.
A la hora de exponer tus argumentos, es fundamental que sepas qué tipos existen. Siguiendo a Wenston (2006), podemos identificar, al menos, cuatro. Veamos, entonces, cuáles son.
Mediante ejemplos
Estos argumentos presentan uno o tantos ejemplos como se consideren necesarios para apoyar una generalización. Así, un ejemplo, en general, cumple la función de ofrecer una ilustración.
No obstante, hay que tener cuidado de no confundir ilustración con representación. Es decir, que un caso particular represente efectivamente a un grupo, como si este fuera homogéneo o universal.
Por analogía
Al contrario del anterior, este tipo de argumento se enfoca en un ejemplo para desplazarse a otro con el que comparten muchos aspectos en común. Por lo tanto, opera a partir del desplazamiento. Entonces, los dos casos a los que se alude sirven para apuntar sobre algún aspecto más específico. En general, se vincula a algo que se quiere enfatizar en relación con una tesis.
De autoridad
Este es uno de los argumentos más comunes utilizados en el ámbito académico. Veamos porqué es así.
El argumento de autoridad se apoya en la afirmación de otro autor(a) para cimentar su propia postura. Debido a que no podemos saberlo todo o porque otras personas antes que nosotros se han investigado al respecto, debemos utilizar este recurso para reforzar una afirmación. También se lo suele denominar como «cita de autoridad».
Wenston (2006) sugiere que la forma general de este tipo de argumentos es:
X (alguna persona o institución confiable) dice que Y.
Por lo tanto, Y es verdad.
Acerca de las causas
Un buen argumento de este tipo es aquel que explica un hecho o fenómeno remontándose a sus causas. Es decir, se establece una correlación entre causas y efectos.
Por supuesto, que la argumentación debe estar justificada en información fehaciente y no en un juicio personal. Justamente porque no podemos atribuir causas y efectos si no estamos informados sobre el tema. Un uso inadecuado implicaría debilitar nuestros argumentos.
En cada caso, lo crucial es que logres detectar cuáles son los tipos de argumentos que más favorecen tu perspectiva. De este modo, podrás plantear una tesis y defenderla correctamente ante un público.
Sobre todo, no olvides que, si vas a escribir un texto argumentativo, no alcanza apenas con conocer sus características. Esto implica informarte y profundizar en un tema para persuadir sobre tus ideas.
Ejemplos de textos argumentativos
Aunque no lo sepamos a veces, todo el tiempo estamos rodeados de ejemplos de textos argumentativos. Desde un debate político entre candidatos, un spot publicitario, un ensayo o una tesis.
Lo importante es que, a partir de sus características, puedas identificarlos cada vez que estás frente a un texto argumentativo. Si todavía te resulta una tarea difícil, vamos a facilitarte el ejercicio.
A continuación, te traemos un conjunto de ejemplos de textos argumentativos para que entiendas mejor a qué nos referimos con este concepto y cómo se estructuran.
1. ¿Alguna vez pateaste un hormiguero? Ensayo de Federico Lorenz.
2. Juntos para algo mejor. Publicidad de Coca Cola.
3. ¡Pandemia! Texto de Slavoj Žižek, con traducción de So on in Spanish.
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