¿Qué es un argumento y cómo se elabora?
Fundamentar tus trabajos con argumentos sólidos te va a ayudar a aprobar las materias, pero ¿qué son realmente los argumentos? Los utilizamos todo el tiempo, en todos los ámbitos de nuestra vida, y lo hacemos casi sin darnos cuenta. A continuación, te vamos a enseñar los secretos detrás de una buena argumentación, a través de los tipos de argumento que existen con sus correspondientes ejemplos.
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Estructura del argumento
El argumento es un razonamiento elaborado que tiene como objetivo demostrar que lo que se está diciendo es, en efecto, cierto. Principalmente, lo usamos para convencer a nuestro interlocutor de lo que estamos enunciando. La pregunta que sigue es, ¿cómo se construye?
Hay diferentes opiniones sobre la estructura del argumento, nosotros lo dividiremos en tres partes:
- Tesis: es la afirmación de la cual parte nuestro razonamiento, y que buscaremos validar. Cabe destacar que no necesariamente debe ser verdadera, puesto que muchas veces es difícil de comprobar.
- Premisas: son los enunciados que vamos a emplear para validar nuestra tesis. Para ello podemos recurrir a una gran variedad de recursos, más adelante profundizaremos en este tema.
- Conclusión: es la confirmación de la tesis a partir de la enunciación de las premisas. Como dijimos anteriormente, se busca alcanzar una idea de verosimilitud, más no de verdad.
Tomaremos un ejemplo al azar para ilustrar el concepto. Nuestra tesis será: “En las clases virtuales no se puede aprender”. Como se trata de un argumento, buscaremos probar la verosimilitud de lo que decimos, independientemente de si sea cierto o no.
Para ello vamos a recurrir a diferentes premisas: “Muchos de los estudiantes vivimos con nuestras familias y no podemos concentrarnos en la clase, además, la conexión a internet es mala en esta zona. Y, por si fuera poco, los profesores no saben usar las plataformas”. Estos enunciados sostendrán la conclusión final, que retoma la idea inicial: “Por todos estos motivos creemos que las clases virtuales no sirven y debemos volver a la universidad”.
Una vez que entendimos la estructura del argumento, estamos listos para conocer los tipos más utilizados. En función de esto, hicimos una lista para que puedas aplicarlos fácilmente en tus trabajos.
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13 diferentes tipos de argumentos
A continuación, te mostramos los diferentes tipos de argumentos con ejemplos para que uses de guía.
1. Deductivos: parten de premisas generales para llegar a una conclusión particular. A modo de ejemplo: “Todos los trabajos prácticos que hemos tenido hasta el momento han sido difíciles, por lo tanto, el próximo también lo será”.
2. Inductivos: funcionan de manera opuesta a los deductivos, parten de situaciones particulares para arribar a una conclusión general. Se organizan de la siguiente manera: “el corrector ortográfico me marcó cinco errores que yo no había visto, por tal motivo, esta herramienta detecta todos los errores”. En este ejemplo podemos ver claramente el carácter de verosimilitud frente al de verdad, ya que bien sabemos que un corrector ortográfico no es perfecto y muchas veces se le escapan errores.
3. Abductivos: es un tipo de razonamiento que parte de las premisas para concluir en una hipótesis, que no necesariamente se verifica. Por ejemplo: “Todos los libros que usa Juan son nuevos, seguramente sus padres son ricos.”
4. Probabilísticos: se apoyan en premisas basadas en datos numéricos para validar la conclusión. Las estadísticas son un gran ejemplo de estos argumentos: “Una encuesta reveló que el 73% de los estudiantes sufre de estrés por los exámenes, lo que nos permite afirmar que esta es una instancia estresante.”
5. Demostrativos: sus premisas siguen un camino comprobatorio de hechos basados en datos que explican cómo se arriba a la conclusión. Está muy presente en el ámbito científico, por ejemplo: “A raíz de los resultados obtenidos mediante los estudios realizados con los estudiantes, concluimos que el Método Pomodoro es efectivo y lo recomendamos.”
Otros tipos con más ejemplos
6. Por analogía: se trata de llegar a una conclusión a través de la comparación de diferentes factores. Continuando con el ejemplo anterior: “He intentado estudiar usando el Método Pomodoro y sin él, y llegué a la conclusión de que retengo más información cuando lo empleo.”
7. De experiencia personal: es un tipo de argumento que busca validarse a través de, como su nombre lo aclara, las experiencias personales del enunciatario. Lo usamos mucho en nuestras charlas cotidianas: “El proveedor de internet que contraté funciona muy mal, es un servicio malo, no lo recomiendo.”
8. De calidad: en este tipo de razonamiento las premisas se basan en las cualidades positivas de lo que se está enunciando para validar la conclusión. Por ejemplo: “El profesor Fernández explica muy bien, sus clases son muy entretenidas, y además, se viste con mucho estilo, sin dudas es el mejor profesor de la universidad.”
9. De causa y efecto: la condición de verosimilitud está dada a partir de un hecho que origina otro. A modo de ejemplo: “Si estudias estos tres capítulos del libro, te va a ir bien en el examen.”
10. De autoridad: la cita de autoridad es uno de los argumentos más utilizados, consiste en validar una tesis acudiendo a la palabra de un líder de opinión en el tema. Un ejemplo podría ser el siguiente: “Este es el mejor autor para trabajar esta temática, y no lo digo yo, lo dice el profesor Fernández.”
11. De conocimiento: apoyan su validación en las creencias generales, es decir, en lo que cree “la mayoría de la gente”. Continuando con el ejemplo anterior: “Todo el mundo dice que Fernández es el mejor profesor.”
12. De ejemplificación: parte de ejemplos comprobables que validan la conclusión. Cabe aclarar que mientras más ejemplos se ofrezcan, mayor será la validez del argumento. “Nuestra universidad es muy buena porque cada año tiene más egresados. En 2019 fueron 225, en 2020 270, y en 2021 llegamos a los 321.”
13. Falaces: por último, pero no menos importante, citamos los argumentos falaces, basados en premisas incomprobables, o directamente, falsas. Demás está decir que son los que más abundan en esta época. “No apruebo ninguno de los exámenes porque los profesores no me quieren”.
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